Gómez Graterol
Cafecito Espiritual
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☕ CAFECITO ESPIRITUAL: "Recitando el Padrenuestro, además de celebrar la gracia de la filiación divina, expresamos también el compromiso de corresponder a ese don, amándonos como hermanos en Cristo" (León XIV). Dios Trinidad: Abbá, enséñame a amarte más. Santifícanos, especialmente a nuestras autoridades. Hazme un instrumento de tu Amor. DIOS TE BENDIGA, GRACIA Y PAZ🤴🏻☧🕊️ ☕
SEMILLA AGUSTINIANA
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La pasión cuyo recuerdo celebramos en la solemnidad de los mártires se nos propone a la imitación, amadísimos, para que, si tal vez nos sobreviene una prueba dura, perseveremos hasta el final. Así podemos ser salvados, según acabamos de oír juntos en lo que se leyó del evangelio: Quien persevere hasta el final se salvará (Serm 64A,1).P. Juan A. Cardenas
Por los caminos de la vida, nos encontramos a veces con situaciones que no nos gustan, pedimos a Dios que nos guíe, Él en su Bondad nos contesta y de pronto esa respuesta no nos gusta... ¿Qué hacer? En el siguiente texto, está la respuesta:Sea grata o sea desfavorable, nosotros obedeceremos la voz de nuestro Dios Yahvé a quien te enviamos, pues siempre nos va bien cuando obedecemos la voz de nuestro Dios Yahvé.
Jeremías 42: 6
PALABRAS DEL SANTO PAPA BENEDICTO XVI (Mt 13,31-35)
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Hablar de Dios significa, ante todo, tener muy claro qué debemos ofrecer a los hombres y mujeres de nuestro tiempo: no un Dios abstracto, una hipótesis, sino un Dios concreto, un Dios que existe, que entró en la historia y está presente en ella; el Dios de Jesucristo como respuesta a la pregunta fundamental de por qué y cómo vivir. Por lo tanto, hablar de Dios requiere familiaridad con Jesús y su Evangelio, presupone nuestro conocimiento personal y real de Dios, y una fuerte pasión por su plan de salvación, sin ceder a la tentación del éxito, sino siguiendo el método de Dios. El método de Dios es el de la humildad —Dios se hace uno de nosotros—; es el método realizado en la Encarnación en la sencilla casa de Nazaret y en la gruta de Belén, el de la parábola del pequeño grano de mostaza. No debemos temer la humildad de los pequeños pasos y confiar en la levadura que se mezcla con la masa y la hace levar lentamente (cf. Mt 13,33). Al hablar de Dios, en la obra de evangelización, bajo la guía del Espíritu Santo, es necesario recuperar la sencillez, volver a la esencia del anuncio: la Buena Nueva de un Dios real y concreto, un Dios que se preocupa por nosotros, un Dios-Amor que se acerca a nosotros en Jesucristo hasta la cruz, y que en la Resurrección nos da esperanza y nos abre a una vida sin fin, la vida eterna, la vida verdadera. (Papa Benedicto XVI, Audiencia General, 28 de noviembre de 2012)